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¿Quién soy? Así brevemente diría que me llamo Paula Ríos, tengo 23 años y soy una artista multidisciplinar madrileña. Mi gente cercana me define también como una persona divertida, amable, fiel, ambiciosa, cariñosa y amante de la comida hecha con amor. El arte es tanto mi pasión como mi profesión, pero cocinar es mi hobby y algo que relaciono con una muestra de afecto. Le doy un valor emocional además de placentero.
Por otro lado, desde pequeñita sabía que algo dentro de mí era de alguna manera distinto al resto. Tenía inquietudes, curiosidades diferentes y una visión de habitar el mundo que no casaban con las de mi gente cercana. Supongo que esto me llevó también a interesarme por las villanas. Y es que creo que como actriz tienes que empatizar con el personaje y comprender quién es al máximo. Por ello, mucho antes de empezar mis estudios artísticos me fijaba en qué llevaba a las y los villanos a actuar así. Mi conclusión es que se encuentran en circunstancias que los llevan al límite y, de acuerdo con la narrativa de esas historias, son seres incomprendidos y marginados. Los “buenos” suelen tener vidas felices y estables, mientras que los villanos son presentados como “malos” y despreciables. Esto lo extrapolo a la vida misma. El actor debe humanizar al personaje, no deshumanizarlo más. Por eso considero fundamental desprendernos del juicio. ¿Qué haríamos nosotros en su situación? ¿Por qué hacen lo que hacen? Son las preguntas así las que, en mi opinión, deberíamos hacernos más a menudo. Cuento esto porque creo que es algo que destaca de mí y mi forma tanto de trabajar y afrontar un personaje como de habitar el mundo.
Además de sentirme de algún modo diferente, siempre he destacado por tener muy claros mis objetivos en la vida y gracias a ello he tomado decisiones muy complicadas para encaminar mi vida hacia donde realmente quiero estar. De hecho, estudié 3 años de filosofía y, aunque la pandemia fue lo que colmó el vaso, años atrás ya quería estudiar arte dramático. A veces parece buena idea trabajar la paciencia y seguir con una vida normativa durante un tiempo. La moraleja que saco de esto es que siempre hay que escuchar al cuerpo y atender a sus necesidades. Yo tenía -y tengo-, una necesidad de crear, de bailar, de cantar, de componer, de interpretar, de transmitir y contar historias a todo aquel que quiera escuchar. Me llena de vida estar sobre un escenario, detrás de un micrófono o delante de una cámara y me sumo a cada oportunidad que se me presenta.
En definitiva, lucho por lo que me mueve y confío plenamente en que todo llega si escuchas a tu cuerpo y te guías por la intuición. Algo así dijo Shakira, ¿no?
¡Un abrazo si estás leyendo esto y, con suerte, nos vemos pronto!
Paula Ríos